"Si la casualidad es la más empeñosa jugada del destino/alguna vez podremos interrogar con causa a esas escoltas de genealogías/ que tendieron un puente desde tu desamparo hasta mi exilio/ y cerraron de golpe las bocas del azar./ Cambiaremos panteras de diamante por abuelas de trébol/ dioses egipcios por profetas ciegos/ garra tenaz por mano sin descuido/ hasta encontrar las puntas secretas del ovillo que devanamos juntas/ y fue nuestro pequeño sol de cada día./ Con errores o trampas/ por esta vez hemos ganado la partida."Olga Orozco, "Cantos a Berenice" - Canto I- (a su gata Berenice)
Les presento a Gala, la gata con la que comparto mi vida desde hace casi 8 años. Nos encontramos al tiempo de llegar a vivir a Buenos Aires en una veterinaria, estaba muy mal cuidada, en una jaula muy chica y al lado de la puerta en pleno invierno. Cada vez que pasaba por la puerta la gatita se desvivía en maullidos y saludos, y mi corazón latía más fuerte. Entraba a mimarla y luego seguía mi camino. Hasta que un día comprendí que ya no podía seguir sin esa personita que me miraba a través de un cristal.

Es la gata de mi vida, a quien quiero y adoro desde el primer día que la vi. Quien me acompañó cada día en mis estudios, en mis tristezas y mis alegrías. Gata mimosa, tan mimosa, la gata de los mil maullidos, que ama el sol y pasar todo el tiempo posible sobre mis piernas. Gata alocada a la hora de jugar con gomitas de pelo, delfines de peluche y hacer travesuras. Gata impaciente ante una puerta cerrada, un plato vacío o una falta de atención. Gata triste cuando me preparo para salir. Gata desolada, gata angustiada cuando se descubre sola en la casa. Gata muy sensible, emocionalmente frágil. Tan frágil, que el año pasado encontraron un problema en su corazón e hipertensión y desde entonces está medicada diariamente. Gata cuidada como el más hermoso tesoro. Gala, mi pequeña gata, tenés para mí el tamaño del universo.
